Dificultad: Media
Época: Primavera, otoño
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La ruta que proponemos en esta ocasión es algo incómoda en algunos tramos, pero merece la pena por sus increíbles vistas. Partiremos desde Agaete y recorreremos parte de Barranco oscuro, contemplando panorámicas excelentes de la parte oeste de la isla y de sus acantilados, así como un antiguo horno de cal, un canal de agua, antiguas edificaciones y un largo túnel donde se hace mas que recomendable llevar linterna. Hay que tener en cuenta que los días de intenso calor esta ruta es mejor desecharla, o bien hacerla desde muy tempranito. Se recomienda llevar traje de baño, ya que terminaremos en la playa de Guayedra.
Nuestro camino parte en el mismo km O de la GC-200. Existe un camino empedrado bastante amplio con señalización del Cabildo donde se lee 'Guayedra'. Podemos dejar el coche unos metros antes, enfrente de un parque infantil. El camino parte al lado de un restaurante. Es visible.
Llegamos a la carretera justo en la señal que pone 'Barranco de Guayedra'. Bajamos la pista de tierra hasta la playa de Guayedra, entre casas. Llegaremos a la primera de las calas, de piedra completamente. Seguimos hacia la derecha, hasta la siguiente, con arena gran parte del año, donde podremos pasar un rato agradable tomando un refrescante baño. Hay que recalcar que la playa de Guayedra posee una corriente muy fuerte, por lo que no conviene adentrarse, y siempre con precaución. Lo mejor es esperar que las olas se calmen un poco y remojarnos.
Comenzamos nuestro pateo por un camino empedrado que se convierte rápidamente en uno de tierra en cuestión de metros, y desde donde ya podemos contemplar las primeras panorámicas del pueblo de Agaete. Tomamos la primera desviación hacia la izquierda y seguimos ascendiendo hasta toparnos con la carretera que va hacia La Aldea. A la derecha hay un poste de señalización que va hacia Guayedra. Ese será el camino de vuelta. Cruzamos la carretera, (con cuidado) y subimos por una pista de tierra con una cadena. El sendero está bastante abandonado, ojo, pero se sigue con facilidad. Ante la duda ante cualquier bifurcación extraña, lo mejor es tomar el sendero que sube hacia la pequeña cima. Es recomendable desviarse en ocasiones para contemplar los acantilados del Macizo de Tamadaba.
Seguimos subiendo hasta una explanada con una era -circulo de piedra fácilmente reconocible-. Nos paramos aquí para contemplar la vista y porque justo detrás existe un murete de piedras. Lo rodeamos para contemplar el horno de cal en su interior. Este Horno en particular sirvió para proveer de cal a los jornaleros que trabajaron en la construcción del canal. Fue construido a principios del sigo XX. La Era se utilizaba para trillar los cereales. Su firme liso permitía que la operación se realizase mas cómodamente, ya que así no existían zonas donde el cereal quedase sin trillar. Normalmente las Eras se construían en sitios donde el aire corriese bastante, para facilitar el secado.
Llegados a este punto, vemos una pequeña subida por la izquierda, que es el camino que toman los romeros para ir a Tamadaba. Nuestro camino parte a la derecha. Es una pequeña vereda entre tuneras. Hay que recalcar en este tramo es aconsejable usar pantalón largo y bastón, ya que las tuneras y los pinchos pueden hacer de las suyas en las piernas y brazos de los caminantes.
Por el camino, también podemos observar pequeñas y coquetas edificaciones que hacen mas ameno el sendero, así como pequeñas cuevas en las que meterse si el calor aprieta. Justo después de las cuevas, empieza el canal, en el llamado Barranco de Altabaca.
Continuamos por el canal, que nos hará de guía durante este tramo del camino, y unos cuantos metros después, nos topamos con un pequeño arco excavado en la montaña. Tras pasar por él, y tras un pequeño palmeral, nos encontramos el túnel, de apenas veinte metros de largo. En caso de que no se quiera atravesar, se puede subir y bajar la pequeña montaña. Estamos en Barranco oscuro.
Tras salir de él, a mano derecha, nos encontramos la casa de Juan Julián, ahora abandonada. Merece la pena visitarla, ya que es la mas grande del lugar y conserva rasgos típicos de la arquitectura de la zona. Tras bajar de la casa de este vecino, seguimos nuestra ruta y divisamos un pequeño conjunto de palmeras y pinos donde podremos pararnos a descansar y disfrutar de la vista. Cogemos fuerzas, ya que el siguiente tramo es mas desagradable, debido a la vegetación.
Seguimos desde el bosquecito de pinos por el canal, con cuidado porque hay un tramo en que el canal se soterra, pero si seguimos avanzando lo volveremos a encontrar. Si es preciso, podemos subir por la montaña un poco, en paralelo al canal, hasta que lleguemos a divisar el segundo de los túneles. Si las circunstancias lo aconsejan, se puede ir a través de él. En este caso, nos fue imposible, por lo que subimos la montaña. Justo cuando lleguemos a la cima y divisemos esta casa, nos pararemos. Es importante tener la referencia de esta casa, ya que no existen mojones indicativos ni nada en este tramo.
Justo debajo de la colina de la casa, y con la panorámica de la playa de Guayedra bajo nosotros, reconocible por las grandes piedras y el palmeral que la precede, así como una pista de tierra que baja hasta esta cala de piedras. Justo debajo también veremos una casa con pista de tierra al lado de la carretera. Aquí podemos tomar dos opciones. Seguimos por el canal para adentrarnos por Barranco oscuro, o bajar hasta Guayedra.
Nosotros escogeremos bajar hasta Guayedra por el barranco. Existe un sendero, difícil de ver en ocasiones, que nos lleva en zig zag hasta la carretera. Dicho camino sale justo bajando la montaña de la casita, entre tuneras -sí, otra vez-. Lo importante es tener cuidado al bajar, ya que un resbalón por algunas zonas de tierra suelta nos puede dar mas de un susto. Sin olvidarnos de darnos la vuelta y admirar el potente macizo que dejamos atrás.
Llegamos a la carretera justo en la señal que pone 'Barranco de Guayedra'. Bajamos la pista de tierra hasta la playa de Guayedra, entre casas. Llegaremos a la primera de las calas, de piedra completamente. Seguimos hacia la derecha, hasta la siguiente, con arena gran parte del año, donde podremos pasar un rato agradable tomando un refrescante baño. Hay que recalcar que la playa de Guayedra posee una corriente muy fuerte, por lo que no conviene adentrarse, y siempre con precaución. Lo mejor es esperar que las olas se calmen un poco y remojarnos.
Para volver, se puede tomar el camino de vuelta por donde hemos venido, y esperar la guagua,
que hace el trayecto hasta Agaete http://www.globalsu.net/lineas/linea101.pdf. Podemos tomarla y pararnos en la primera parada, justamente en la rotonda donde empezamos nuestra ruta. Si por el contrario, queremos volver por el camino de Guayedra Agaete, debemos ir desde la parte derecha de la playa, por la costa -Ojo con la marea- y subir por el camino marcado con rocas. Es una pista de tierra perfectamente marcada. El sendero transcurre en zig zag hasta una fuerte subida que nos lleva a la carretera. Seguimos por ella hasta encontrarnos, a nuestra izquierda, la señal indicativa de Guayedra. Tomamos el sendero que baja, el mismo que hicimos para la subida, solo que esta vez bajamos, hasta llegar a la rotonda.