Nacientes de Marcos y Cordero (La Palma)

Duración: 6 horas
Longitud: 16 km (aprox)
Dificultad: Media
Época: Primavera, verano, otoño.

La isla de La Palma cuenta con mas de mil kilómetros de senderos señalizados y conservados. Nosotros vamos a destacar el de los nacientes de Marcos y Cordero, por su duración, belleza y porque aúna, en una en una sola ruta, paisajes de laurisilva, pinar y cascadas espectaculares. Es un itinerario circular que finaliza en la caseta de información del Parque. Se trata de una ruta sencilla y en la que solo debemos tener precaución y llevar con nosotros una linterna y un impermeable resistente. Se desaconseja esta ruta los días lluviosos, ya que acarrearía peligro, debido al caudal del agua y a la fuerza con la que irrumpe en el barranco. La ruta comienza en el centro de visitantes de la Reserva Natural de las Nieves, todo un paraje sobrecogedor de gran belleza. Para ello, debemos seguir esta ruta:

Cuando lleguemos a la zona de aparcamiento, veremos una caseta de madera a nuestra izquierda. Pediremos un mapa y esperaremos el servicio de taxi que nos llevará a la zona de la Casa del Monte, ya que el camino es bastante pedregoso y un turismo no puede llegar a esa zona.
El precio por persona ronda los 15 euros, y suele salir cada media hora. Se recomienda ir temprano, ya que así podemos ir al Centro de Visitantes que se encuentra 500 metros mas abajo (Horario 10:00 a 17:00). Esta es la ruta que haremos con el taxi.


El taxi nos deja en la zona conocida como casa del Monte. Ahí encontraremos un canal de agua potable. Debemos ir hacia la izquierda, siempre en contra de la corriente. Iniciamos nuestra ruta entre pinares y balizas de sendero autoguiado. El camino transcurre tranquilamente con espectaculares panorámicas del parque de las Nieves y contemplando el Barranco del Agua.
Tras unos diez minutos, nos encontraremos con el primer túnel. Es hora de sacar la linterna. Se recomienda palpar las paredes de vez en cuando para evitar golpes en la cabeza. El camino transcurre así durante unas dos horas, alternando túneles y pinar. Al lo lejos, podemos observar las cascadas.

Al llegar al túnel marcado con la señal del número 9, debemos ponernos el impermeable, ya que ahora toca mojarnos. El túnel apenas tiene unos 30 metros, pero la corriente en algunos puntos es fuerte, por lo que la emoción está asegurada. Una vez fuera, estaremos ya en el naciente de Cordero y sus cascadas espectaculares. Una escalera asegurada con cuerdas y cadenas nos permitirá seguir ascendiendo.

Tras este naciente, el sendero transcurre entre pinares y un último túnel. Durante este tramo, observaremos paneles botánicos informativos que nos muestran las especies de árboles que existen en la Reserva de los Tilos, donde nos encontramos. Tras unos quince minutos de caminata, nos encontraremos con el naciente de Marcos, menos caudaloso que el anterior.
Este naciente es cómodo para llenar la cantimplora y observar de cerca cómo mana el agua directamente de la montaña. Un lujo al alcance de muy pocos. Precaución: aprovechar para llenar las cantimploras, ya que a partir de este punto, no encontraremos agua en todo el trayecto. Continuamos descendiendo entre pinar y laurisilva.
Seguimos descendiendo por el sendero perfectamente marcado y llegamos al bosque de laurisilva. Merece la pena pararse un ratito y contemplar el paraje que nos rodea. Es la Reserva de los Tilos. Esta especie de árbol necesita mucha humedad para crecer, y podemos contemplar ejemplares realmente grandes, lo que hace idea del clima que normalmente se respira en este bosque. Algunos ejemplares pueden rozar los 30 metros de altura y pueden llegar a los 800 años... Sobrecogedor, ¿a qué sí?.
Tras unos minutos, llegamos al primer puente de madera, desde donde podemos contemplar una estupenda panorámica del bosque. A partir de aquí, el camino inicia un severo descenso hasta el cauce del barranco, donde nos encontraremos un trecho bastante pedregoso, por lo que hay que bajar el ritmo, ya que el riesgo de torcedura de tobillo es bastante alto.
Seguimos caminando entre laurisilva otra vez, hasta alcanzar el segundo puente, donde contemplamos todo el cauce del Barranco del Agua. Estamos a unos 800 metros de altura. Cabe destacar la vegetación que nace casi de forma vertical por las paredes del barranco.
Subimos por el sendero (¡ánimo!) y zigzageamos hasta una bifurcación. Tomamos hacia la derecha, por el sendero que baja y bajamos entre vegetación menos densa. No debemos desviarnos del camino, ya que hacia la izquierda parte un sendero marcado como peligroso. Continuamos descendiendo hasta el punto señalizado como el mirador del Espigón atravesado a la derecha. Merece la pena subirlo y contemplar la panorámica que nos regala.


Descendemos y encontramos el último túnel del camino, bastante ancho, tanto, como para que quepa un coche. Hay que sacar la linterna de nuevo. Tras un suave descenso, llegamos otra vez a la caseta de visitantes. Fin del trayecto.

Los nacientes de Marcos y Cordero forman un embudo que recoge agua tanto de lluvia, como de nieve derretida del invierno, y las brumas que anidan en esta isla durante gran parte del año que se condensan en esta zona. Las montañas no resisten acumular tanta agua y la expulsan. Aquí entra la mano del hombre, que, con titánico esfuerzo, logra encauzar este increíble torrente de agua para llevarla a las zonas pobladas. Se trata de uno de los manantiales mas curiosos, ya que antiguamente el agua manaba libremente, hasta que a principios del siglo XX, los palmeros construyeron un canal por donde circula el agua para su mejor aprovechamiento.