Dificultad: Fácil (salvo el ascenso a la cima, algo más empinado)
Longitud: 3,6 km.
Época: primavera, invierno, otoño.
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La cumbre del Saucillo, o Cruz del Saucillo fue una de las cumbres más importantes de la isla, y protagonista, además, de fervientes muestras de religiosidad popular, ya que es una de las montañas más altas de Gran Canaria. Sus 1.800 metros forman parte del 'skyline' de la isla, y su picuda cima era un punto de referencia para muchos marineros de antaño.
Para llegar hasta la presa de cuevas blancas, inicio de nuestra ruta, debemos tomar la GC-130, que sube de Telde-Valsequillo y llega hasta el Pico de las Nieves.
El inicio del sendero está marcado por una escalera de piedra a la derecha de la carretera, además de un poste de madera indicativo. Debemos seguir el letrero que indica la ruta SL-GC-04, que va hacia Valsequillo. Pero antes de subir, es recomendable acercarse al otro extremo de la carretera para ver la presa de Cuevas Blancas, la más alta de la isla, situada a 1.653 metros de altitud. Si ha sido un año de lluvias, la presa estará llena y merecerá la pena dar un paseo bordeándola. Subimos la escalera de piedra y comenzamos el ascenso entre pinar, admirando la panorámico de la zona noroeste de la isla.
Seguimos nuestra ruta y nos topamos con un pequeño llano con casas, tras el cual aparece una carretera de hormigón. Seguimos por esta pista hasta un cruce. Si seguimos por la derecha, llegaremos a Valsequillo por un cómodo sendero que transcurre entre pinares, y donde veremos los roques mencionados anteriormente. Existe un pequeño sendero que se interna en el bosque en paralelo a esta pista de tierra. Si el calor aprieta, es una buena opción.
Pero dejaremos esa ruta para otra ocasión. Nuestro camino es el de la izquierda, que nos llevará a la cima. Tomamos el camino de tierra hasta ver, unos metros más adelante, un pequeño sendero marcado por mojones a nuestra derecha que asciende por la montaña. Cogemos este desvío que transcurre entre retamas, y que nos llevará al llano del Saucillo.
Tras esta pequeña ascensión, que apenas nos llevará diez minutos, llegaremos a un llano con una cruz de tea con flores, además de unos bancos y mesas. Es un buen lugar para pararse y contemplar la vista. Algunas de las mesas, lamentablemente, se encuentran en mal estado, al ser una zona de tránsito de ganado caprino. La cruz que se encuentra en este llano ocupó originariamente un puesto de honor en la cumbre, y se dice que fue colocada por unos marineros en el siglo XVIII. Una vez al año, vecinos del municipio acuden a ella para restaurarla, lo que explica su buen estado de conservación.
Las leyendas cuentan que en medio de una terrible tormenta, estos navegantes pudieron llegar a tierra gracias a que divisaron la cumbre del Saucilloy pudieron usarla como punto de referencia.En el siglo XIX, la cruz fue cambiada por la que está actualmente en la cima, ya de cemento. Cuentan las crónicas de la época que a tan solemne acto acudieron gentes de toda la isla, que contemplaron con gran disgusto cómo la antigua cruz, la de tea, era dejada en el suelo, al lado de la nueva, al no poderla levantar. Así permaneció durante años, hasta su levantamiento y posterior traslado al llano en el que nos encontramos.
Tras una pausa, retomamos el camino de ascenso a la pequeña cima. El sendero de subida parte detrás delas ruinas de una casa abandonada en el otro extremo del llano, justo enfrente de la cruz de tea. El camino es pedregoso y resbaladizo en algunos tramos, pero no reviste complicación. Subimos en zig zag por el camino serpenteante y llegamos a la cima, donde la Cruz del Saucillo, con su blanco inmaculado y sus cuatro tensores de acero nos dan la bienvenida. Junto a ella, dos cruces de madera, de menor tamaño, que corresponden a particulares, además de un pequeño belén y una imagen de una virgen.
La zona está guarecida del sol por la multitud de pinos, por lo que podremos volver a hacer una pausa y contemplar la vista. La vuelta la haremos por el mismo camino de ida, disfrutando una vez más de las espectaculares panorámicas que nos regala esta pequeña, pero importante, cima grancanaria.