Dificultad: Media
Longitud: 7 km
Recomendaciones: No ir con lluvia. Llevar calzado apropiado.
Para llegar al barranco, debemos coger la Avenida del Cabildo Insular, (GC-10) en Telde, y continuaremos por ella hasta la siguiente rotonda, donde tomaremos la salida que nos lleva al Lomo Magullo (GC-131). Al llegar allí, seguiremos dirección al Barrio de los Arenales (GC-132). Tanto en Lomo Magullo como en Los Arenales existen señalizaciones que nos llevan al Barranco de los Cernícalos. Seguimos hasta el final de este último barrio, por una carretera de hormigón, donde nos encontraremos un área recreativa con amplios aparcamientos. Estacionamos y caminamos unos metros, pasando un conjunto de casas, hasta llegar a un sendero a nuestra derecha, con un cartel de madera indicativo. Desde aquí parte nuestra ruta.
Caminamos por el sendero unos 200 metros y giramos a la izquierda. Aquí veremos una señal de Reserva Natural. Tras iniciar esta pista de tierra, hay que tener cuidado con un canal de agua que nos encontraremos, procurando caminar pegados al muro. Desde allí, se pueden observar las ruinas de un viejo pozo, y el final del barranco.
A partir de aquí, el riachuelo será nuestra referencia. Él nos llevará hasta un bosque de acebuches y a una gran explanada, libre de vegetación. A esta zona se la conoce como “La Playa”. Seguimos avanzando y observamos pequeños saltos de agua que jalonan el camino, así como encinas, sauces y helechos de imponente tamaño.
Continuamos y llegamos hasta una galería de agua a nuestra derecha con una puerta metálica. Unos metros más adelante, una imponente roca de más de dos metros, con una pequeña laguna a sus pies, nos corta el paso. Debemos trepar por ella para seguir nuestro camino (ojo a los resbalones), pero no sin antes pararnos unos minutos para escuchar el fluir del agua y los sonidos del bosque.
Volvemos a tomar el riachuelo como guía, y avanzamos hasta donde se bifurca a la izquierda.
Aquí tenemos dos opciones: seguir el cauce o subir montaña arriba. Si escogemos la segunda, llegaremos a un llano donde podremos hacer una parada, porque a partir de aquí, el sendero se complica. Una vez atravesado el llano, seguimos barranco adentro, dejando el riachuelo a nuestra izquierda. Llegaremos a un punto donde el camino se interrumpe: es hora de usar el bastón y bajar al cauce con precaución, porque hay piedras resbaladizas.
Una vez atravesado este punto, nos adentramos en el barranco, llegando a puntos donde la luz apenas penetra entre la vegetación.
Los saltos de agua a partir de aquí son mas frecuentes, y mas espectaculares. Seguimos por el sendero sin separarnos del cauce del barranco y trepando en algunos tramos. Avanzamos hasta llegar a la primera de las grandes cascadas, que marca el final de nuestra pequeña aventura.
Si las condiciones lo aconsejan, podemos llegar a la segunda gran cascada, de mas de diez metros de altura. Para ello, debemos tomar la pista que sube por la ladera, situada a nuestra izquierda, siempre extremando las precauciones, ya que se trata de un camino resabalizo y con tupida vegetación.