Dificultad: Fácil
Época: Todo el año
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La senda parte desde la parte de atrás del aparcamiento privado del propio Parador Nacional. Un cartel de madera nos indica la dirección Artenara y Valsendero. Tomamos esta pista de tierra y comenzamos a ascender la montaña, rodeando un estanque vacío. Seguimos subiendo, pudiendo observar una espléndida panorámica de Tejeda, el Bentayga y el Roque Nublo. El sendero ahora es un poco mas estrecho, pero llano. Observamos unos grandes Roques a nuestra izquierda, y los primeros Riscos de Chapín.
El sendero termina en la carretera, por lo que debemos girar hacia la izquierda y seguir andando unos pocos metros hasta llegar a una explanada con un mirador. Es la Degollada de las Palomas, desde donde empieza el segundo tramo del camino, señalizado con un letrero del Cabildo.
A partir de aquí, comienza la parte mas bonita del itinerario, puesto que el sendero transcurre por un pinar con abundantes helechos y por una amplia pista de tierra. Seguimos el camino hasta encontrarnos otra señal que nos indica dirección Artenara. Podemos tomar esta desviación o bien seguir por la pista, ya que ambas terminan en el mismo lugar. Pero tomamos la desviación, ya que el camino de vuelta lo haremos por la pista de tierra.
Empezamos a ascender esta pequeña colina y acabamos en una zona de Riscos, donde debemos tener cuidado al caminar. Desde aquí arriba, podemos observar un cañadón imponente que nos hará temblar de vértigo.
Seguimos nuestra ruta entre estos riscos y terminamos en un bosque donde simplemente hemos de bajar a través de los pinos hasta llegar a un conjunto rocoso, con un letrero explicativo. Hemos llegado a Cueva Caballeros. Este enclave tiene un alto valor arqueológico, ya que se trata de 12 cuevas naturales labradas posteriormente por el hombre que datan de la época de los guanches. Aunque fue utilizada por los pastores durante años, aún se pueden apreciar restos de pinturas rupestres asociadas a la fertilidad, lo que hace suponer que esta zona fue un importante enclave religioso. El puntón que destaca recibe el nombre de 'Puntón de las Machas', ya que testimonios de la época hablan de una familia de mujeres que labraban estas tierras. Otros testimonios relacionan este lugar con la brujería.
Lo cierto es que se trata de un conjunto de cuevas destinados a depositar el grano y a ritos funerarios. Las canalizaciones hacen suponer que el agua fluía en algunas de ellas, y eran usadas como manantial. Entre todas ellas, destaca una de enorme profundidad y anchura, casi 20 metros, que era el granero principal. También destaca la Cueva de los candiles, que reúne la mayor manifestación de imágenes púbicas de la isla. Para acceder a ella, hay que pedir permiso al Cabildo Insular. Así que, ya fuera lugar de culto, granero, o simple residencia de las Maguadas o Sacerdotisas del lugar, lo que es cierto es que podemos contemplar una maravillosa vista de la Cuenca de Tejeda sentados al lado de este Caballero de Piedra que vigila, silencioso, uno de los últimos reductos históricos de la isla.
Para volver a nuestro punto de partida, hemos de recorrer la pista de tierra en dirección a la Cruz de Tejeda. Es decir, girando hacia la derecha. Se tarda apenas unos minutos mas, pero la vista queda recompensada generosamente al pasear por este reducto donde la niebla y los pinos dibujan un paisaje difícil de olvidar para el senderista.